viernes, 3 de febrero de 2012


Mi pequeña historia sobre el Muro de Berlín.


En noviembre de 1989 yo era un estudiante que hacía poco había llegado a la «Bundesrepublik Deutschland». Gracias a una beca de postgrado tuve la oportunidad de establecerme allí y, por supuesto, conocer el país. En estas estaba, o sea, acostumbrándome a que ya fuese de noche a las tres de la tarde, cuando un compañero me propuso ir con él a Berlín. Le dije que no porque el fin era meramente lúdico y, ciertamente, cometí el mayor error de mi vida. Nunca me arrepentiré lo bastante del día en que pude ver la caída del Muro en directo, pero lo rechacé. Al poco tiempo, comenzaron a llegar los cambios en la sociedad. Delegaciones de alemanes de la RDA aparecían por todos los lados con la curiosidad sana de quien, después de veintiocho años, sale a conocer el exterior. En la universidad los estudiantes del Este eran recibidos con una mezcla de expectación y alegría, algo así como cuando llega un hermano que hace mucho que no ves. Venían con ropas de los años 60 y en los famosos «Trabant»: coches muy contaminantes que por dentro eran como una motocicleta. Un domingo fui al fútbol para ver al Bayern Munich y por los altavoces anunciaron la llegada de una peña de la ya extinta RDA. Se llevó la ovación de la tarde. Todo era felicidad para los alemanes en aquellas navidades del 89 y el comunismo comenzaba a ser un mal sueño.
 
 
 
 
 
Dos países
 
 
 
Con la construcción del Muro de Berlín, surgieron dos países. En el oeste (República Federal de Alemania) y en el este (República Democrática Alemana), existían sistemas de gobierno, ordenamientos económicos, ejércitos y compromisos de alianzas diferentes. Los ciudadanos de ambos Estados disponían de pasaportes distintos, aunque según la concepción jurídica occidental, todos tenían la misma nacionalidad alemana. Durante la existencia del Muro, que fue de casi cuarenta años, muchas personas intentaron cruzar las fronteras por estar en desacuerdo con el régimen que les había sido impuesto. Los ciudadanos intentaron escapar de muchos modos: a través de túneles o saltando el muro desde ventanas cercanas. Algunos lograron salir, otros fueron encarcelados o murieron en el intento. En la década de los ochenta, la Unión Soviética expresó al mundo el comienzo de sus reformas al régimen socialista, con el canciller soviético Mijail Gorvachev. Ese fue el inicio de una ola de protestas, de movimientos sociales que acabaron por transformar el bloque socialista, hasta casi desaparecerlo. Entre los países que protestaron en contra de su sistema de gobierno, y en contra de la división, estuvo la República Democrática Alemana. En 1989, bajo la presión del mundo, el gobierno aceptó la apertura de fronteras y el derrumbamiento del Muro. Después de varias décadas muchas personas volvieron a ver a su familia, y pudieron por fin, salir de un país que les cerraba la libertad de tránsito. El Muro cayó, sin embargo todo había cambiado.
El estado de división política finalizó el 3 de octubre de 1990 cuando la República Democrática Alemana se incorporó a la República Federal dejando así de existir cuatro décadas después de su fundación.
Derribado el muro de Berlín en 1989, las posturas también se hicieron opuestas en cuanto al futuro de la Alemania reunificada. Las fuentes, que aquí revisaremos, nos hablarán de cómo, tanto en los momentos que antecedieron a la división de Alemania, así como después de la reunificación, ha habido posturas muy diferentes con respecto a las resoluciones tomadas para Alemania.
  



5 escapes insólitos


1. Ocho berlineses orientales que iban a bordo de un barco turístico emborracharon al capitán y al maquinista y luego buscaron un refugio seguro en el Oeste.

2. Doris y Peter Strelzyk, junto con Petra  y Günter Wetzel y sus cuatro hijos, inflaron un globo aerostático, volaron en él y aterri-zaron sanos y salvos en Berlín Occidental.

3. Un miniauto (foto), tan pequeño que no despertaba sospechas, fue adaptado para esconder a una persona, y cruzó la frontera nueve veces con fugitivos.

4. El conductor Harry Deterling aceleró su tren del subterráneo para embestir a toda velocidad las barreras de la estación Albrechtstrasse, y se abrió paso hasta el Oeste con 24 familiares y amigos.

5. El ingeniero Bernd Boettger nadó 22 kilómetros detrás de un minisubmarino que había construido en casa hasta un buque faro danés en el mar Báltico.



                        MURO DE BERLIN

El Muro de Berlín , denominado «Muro de Protección Antifacista» (Antifaschistischer Schutzwall) por la socialista republica democratica Alemana – RDA (Deutsche Demokratische Republik – DDR) y apodado «Muro de la vergüenza» (Schandmauer) por parte de la opinión pública occidental, fue parte de las fronteras interalemanas desde el 13 de agosto de 1961 hasta el 9 de noviembre de 1989 y separó a la Republica Federal Alemana de la Republica Democratica Alemana hasta ese año.
El bloque oriental dominado por los Soviéticos oficialmente sostenía que el muro fue levantado para proteger a su población de elementos fascistas que conspiraban para prevenir "la voluntad popular" de construir un estado socialista en Alemania del Este. No obstante, en la práctica, el muro sirvió para prevenir la emigración masiva que marcó a Alemania del Este y al bloque comunista durante el período posterior a la II Guerra Mundial.
El muro se extendía a lo largo de 45 kilómetros que dividían la ciudad de Berlin en dos y 115 kilómetros que separaban a la parte occidental de la ciudad del territorio de la RDA. Fue uno de los símbolos más conocidos de la Guerra Fria y de la separacion de Alemania.
Muchas personas murieron en el intento de superar la dura vigilancia de los guardias fronterizos de la RDA cuando se dirigían al sector occidental. El número exacto de víctimas está sujeto a disputas y no se conoce con seguridad. La Fiscalía de Berlin considera que el saldo total es de 270 personas, incluyendo 33 que fallecieron como consecuencia de la detonación de minas. Por su parte el Centro de Estudios Históricos de Postdam estima en 125 la cifra total de muertos en la zona del muro.